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sábado, 11 de febrero de 2006

Piedra, polvo, viento y humo


Ella se siente sola.

Está un poco triste. Está pasando por un pequeño desierto que la hace ver toda su vida hasta el día de hoy.

La mayoría de sus amigas de siempre se han casado, otras viajaron; muchas se han vuelto madres y otros padres. Muchas la buscan como si ella fuera la misma de antes, y no puede negarlo, ella también he cambiado.

No se ha casado, no tiene hijos y ahora tampoco tiene muchos amigos. No se quiere alejar de la sociedad, y algo que casi nadie sabe, es que quiere incluir a toda la sociedad dentro de sus recuerdos y su corazón, y por muchas razones eso no se puede.

No hace mucho quedó muy sorprendida por algo tan básico que le ha tocado aprender y que la sociedad mismo se rige por esta ley y ella no la conocía. “No a todos podemos exigir la misma consideración que a nuestros verdaderos y más íntimos amigos”.

Dentro del desequilibro de los caracteres y los géneros de ideas, también existen los niveles de contacto con las personas. Por eso existen los desconocidos, los conocidos de vista, los conocidos en persona, los compañeros de trabajo, los de estudio, los vecinos, los amigos, los novios/as, los parientes, demás y cada uno.

Aprender a convivir con todos estos niveles, es sin duda algo muy complejo y de lo que requiere un pensamiento, a veces crítico y en otros estratégico. Aún así, sigue otro problema más complejo dentro de cada uno, y es el no relacionarse con ningún nivel en cierto momento, y a lo que llamamos el sentirse solo.

(mirando los autos pasar)

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